Gustavo Bueno Martínez 1924-2016
Filósofo español, autor principal del sistema filosófico conocido como materialismo filosófico. El materialismo filosófico considera que la filosofía ni es una ciencia ni es una sabiduría sin más, sin que por ello pierda su carácter de saber riguroso. Estas ideas están tratadas en los opúsculos ¿Qué es la filosofía? [texto íntegro] y ¿Qué es la ciencia? [texto íntegro.] La filosofía es un saber de segundo grado, que presupone por tanto otros saberes previos, «de primer grado» (saberes técnicos, políticos, matemáticos, biológicos...). La filosofía no es así una ciencia, tampoco «la madre de las ciencias», una madre que, una vez crecidas sus hijas, pudiera considerarse jubilada tras agradecerle los servicios prestados. Por el contrario, la filosofía presupone un estado de las ciencias y de las técnicas suficientemente maduro para que pueda comenzar a constituirse como una disciplina definida. Por ello también las Ideas de las que se ocupa la filosofía, ideas que brotan precisamente de la confrontación de los más diversos conceptos técnicos, políticos o científicos, a partir de un cierto nivel de desarrollo, son más abundantes a medida que se produce ese desarrollo. Por esta razón, a medida que la realidad es cada vez mucho más compleja, los instrumentos para la comprensión sistemática del presente tienen que ser mucho más refinados. Además un sistema filosófico que lo sea debe ser lo suficientemente potente como para poder reinterpretar desde sus nuevas coordenadas los sistemas previos que quisieron comprender un mundo que, para nosotros, ya es pasado. Bueno encuentra en el materialismo filosófico los resultados de la crítica filosófica más radical en el presente. Las líneas más importantes del materialismo filosófico pueden trazarse siguiendo los tres ejes que organizan, según Bueno, el espacio antropológico: el eje radial (en torno al cual se inscriben todo tipo de entidades impersonales debidamente conceptualizadas), el eje circular (en el que se disponen principalmente a los sujetos humanos y a los instrumentos mediante los cuales estos sujetos se relacionan) y el eje angular (en el que figuran los sujetos dotados de apetición y de conocimiento, pero que sin embargo no son humanos, aunque forman parte real del mundo del presente).
- Considerado desde el eje radial el materialismo filosófico se nos presenta como un materialismo cosmológico, en tanto que él constituye la crítica (principalmente) a la visión del mundo en cuanto efecto contingente de un Dios creador que poseyera a su vez la providencia y el gobierno del mundo (el materialismo cósmico incluye también una concepción materialista de las ciencias categoriales, es decir, un materialismo gnoseológico).
- Desde la perspectiva del eje circular, el materialismo filosófico se aproxima, hasta confundirse con él, con el materialismo histórico, al menos en la medida en que este materialismo constituye la crítica de todo idealismo histórico y de su intento de explicar la historia humana en función de una «conciencia autónoma» desde la cual estuviese planeándose el curso global de la humanidad.
- Desde el punto de vista del eje angular, el materialismo filosófico toma la forma de un materialismo religioso que se enfrenta críticamente con el espiritualismo (que concibe a los dioses, a los espíritus, a las almas y a los númenes, en general, como incorpóreos), propugnando la naturaleza corpórea y real (no alucinatoria o mental) de los sujetos numinosos que han rodeado a los hombres durante milenios (el materialismo religioso identifica esos sujetos numinosos corpóreos con los animales, que desde el paleolítico están representados en las cavernas magdalenienses, por ejemplo, y se guía por el siguiente principio: «el hombre no hizo a los dioses a imagen y semejanza de los hombres, sino a imagen y semejanza de los animales»).
Entre sus libros más importantes deben señalarse Ensayos materialistas (donde presenta la ontología materialista que distingue distintos géneros de materialidad, sobre la que se basa todo su sistema filosófico), Teoría del cierre categorial (en curso de publicación, del que han aparecido ya 5 tomos, y que contiene la teoría de la ciencia del materialismo filosófico), El animal divino (donde se expone su teoría materialista de la religión), Primer ensayo sobre las categorías de las «Ciencias Políticas» (en el que diseña su teoría de la política y del Estado), El sentido de la vida (donde se tratan las principales ideas que afectan a la Etica, la Moral y el Derecho), El mito de la cultura (ensayo de una filosofía materialista de la cultura, que ha merecido ya varias ediciones), España frente a Europa (en el que desde la perspectiva de una filosofía materialista de la historia se discute la naturaleza de la identidad de España y la estructura de su unidad), Televisión: Apariencia y Verdad (donde se ofrece la primera teoría filosófica sobre la televisión, con la distinción esencial entre televisión material y televisión formal), &. Buena parte de su popularidad la debe Bueno más que a sus libros a su presencia en los medios, prensa, radio y televisión.
Nació en Santo Domingo de la Calzada (La Rioja, ciudad que le nombró Hijo Predilecto en 1997) el 1º de septiembre de 1924, hijo y nieto de médicos. Culminó los estudios de bachillerato en el Instituto Nacional de Enseñanza Media «Goya», de Zaragoza, el día 21 de julio de 1941 (donde fue compañero de Fernando Lázaro Carreter). Inició en la Universidad de Zaragoza los estudios de Filosofía y Letras y de Derecho. El profesor Eugenio Frutos Cortés, recién llegado como profesor a Zaragoza, influyó notablemente para que se decidiera a estudiar Filosofía. Una vez realizados los cursos comunes en la Universidad de Zaragoza (donde fue compañero también de Félix Monje Casado, Constantino Láscaris Comneno y Manuel Alvar López) culminó la licenciatura en Filosofía en la Universidad de Madrid. Becario del Instituto «Luis Vives» de Filosofía, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, defendió su tesis doctoral en 1947, sobre Fundamento formal y material de la moderna filosofía de la religión, bajo la dirección de Santiago Montero Díaz. Tenía veinticuatro años cuando se incorpora como Catedrático de Filosofía, el 26 de marzo de 1949, al Cuerpo de Catedráticos Numerarios de Institutos Nacionales de Enseñanza Media de España, desempeñando su cometido como funcionario en el Instituto femenino «Lucía de Medrano» de Salamanca, del que fue jefe de estudios en 1949-50 y director desde 1951 hasta 1960. En 1960 se establece en Oviedo, al ganar la cátedra de historia de la filosofía y de los sistemas filosóficos de la universidad de esa ciudad, institución a la que se mantuvo vinculado hasta 1998. Desde entonces desarrolla su labor en la Fundación que lleva su nombre, que tiene su sede en Oviedo, ciudad que en 1995 le reconoció como Hijo Adoptivo. Fundador de la revista El Basilisco es autor de numerosos libros y artículos. Su obra está recogida en distintos diccionarios y obras generales.